jueves, 10 de febrero de 2011

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Adiestradores, educadores, etólogos...¡que lío!

Si se han fijado en la de títulos, nombres y pases de grado que existen para designar a profesionales del mundo del perro sabrán a lo que me refiero con el título del presente escrito. En concreto y si obviamos a estilistas caninos, hay tres profesiones que resuenan una y otra vez en los distintos anuncios que pueden encontrarse en tanto en revistas, televisión como en Internet:

  • Adiestrador canino
  • Educador canino
  • Etólogo canino

La empanada mental no deja de ser en cierto modo divertida cuando se escucha a alguien tratando de explicar en que se diferencian estos profesionales recurriendo a sus experiencias personales como "pues el sobrino de mi amiga es educador canino y dice que se debe..." o aquello otro que personalmente me encanta:
"-Pedro se ha sacado el título de etología.
-¿Ah si?, no sabía que le gustaran los animales...
-Bueno, él no tiene pero ¡se ha leído un montón de libros!."

Y no mencionaré al aficionado que ha aprendido ciencia pura en la televisión de cierto especialista mexicano, porque eso me llevaría un artículo a parte.

Voy a pasar de relatar de una forma resumida y práctica las diferencias funcionales entre estos profesionales y he decidido hacerlo en forma de preguntas, preguntas como las que ustedes pueden llegar a hacerse.

¿Qué es un adiestrador?


Es una persona que instruye a nuestro animal a responder ante una serie de comandos (órdenes) verbales de una forma específica.
"Si te pido el sit, no me vale que te tumbes pancha arriba"

La forma en que consigue esta obediencia, el rastro, la carrera o el ejercicio que se persiga depende de la escuela o método en el que se haya formado el adiestrador, siendo siempre aconsejable que las formas empleadas sean lo menos punitivas posibles. Es decir, aquello que puede conseguirse con una caricia que no se consiga a golpes.

Se da en la profesión la figura del "varón" (cada vez menos marcado este estereotipo) muy bregado en la práctica de los ejercicios con animales que carece por completo o en demasía de la teoría sobre la que sustentar su trabajo en el campo de adiestramiento.

¿Qué es un educador canino?


Es una persona cuya formación en adiestramiento abarca la obediencia que hace del animal más dúctil a la vida en sociedad, al igual que unos conocimientos básicos de conducta canina que le permiten dar lecciones de "urbanidad" a nuestra mascota. No solo va a propiciar que el animal no estire de a correa, no ladre como un loco ni rehúya nuestra llamada, sino que también debe estar en disposición de echar una mano en problemas leves de comportamiento.

Se da con relativa frecuencia al aficionado de largo tiempo que por fin ha encontrado su profesión, formándose en instituciones que lo han llevado a un estado de preparación de suficiencia.

¿Qué es un etólogo canino?


Debe ser un experto en conducta canina, tanto normal como patológica y por lo cual debe estar en disposición de encargarse de casos de mayor gravedad, bien estos involucren la agresión en todas sus formas o problemas de índole fóbica, como ataques de ansiedad ante determinadas acciones. Suelen presentar una formación teórica adecuada pero con total ausencia de argumentos prácticos, lo cual podría restringir el alcance de sus diagnósticos por falta de experiencia adecuada.


Es extraño que se den las tres formas de conocimiento en el mismo individuo, siendo conveniente que de ser posible los profesionales trabajen en tándem para un mayor aprovechamiento del tratamiento a aplicar.

El etólogo tras una entrevista y después de alguna sesión exploratoria con respecto al perro puede ponerse en contacto con el profesional adiestrador o educador y comentarle el caso, las pautas a seguir y los resultados esperados. Es interesante de poder optar a ello que sea testigo el especialista de esas sesiones de trabajo, donde poder observar los pequeños problemas que pueden surgir en el transcurso del mismo.

Ambos profesionales (bien etólogo-adiestrador o etólogo-educador) decidirán en conjunto la medida a tomar dependiendo de la evolución del alumno/paciente canino y humano; pues no debemos olvidar que también es muy importante las distintas fases de relación que debemos tener con los propietarios del can, para que su tratamiento y entreno sea de un aprovechamiento máximo.

También de vital importancia es la relación cordial y profesional de los profesionales mencionados con el veterinario, que aportará su conocimiento de psicofarmacología y diagnosis para tratar de descartar causas físicas que pudieran ser origen de la conducta problema del perro.

Llegados a este punto todo quedaría meridianamente claro si no fuera por las subvariantes profesionales que surgen al combinar más de un campo de especialización.

Es cuando el Etólogo canino también cuenta con una importante formación en adiestramiento del can, o a la inversa, siendo el Adiestrador el que cuenta con sólida base científica y entrenamiento en análisis conductual.

Siempre y cuando esto se da podemos estar tranquilos, nuestro animal ha caído en manos de una rara avis que es tan hábil como intelectual y sustenta toda su praxis en la más exquisita tecnología que a la postre es la etología canina aplicada a la clínica. Ciencia, pues se somete a las demandas de esta y cumple sin mácula con lo que el riguroso método de investigación requiere y tecnología por presentarse como una aplicación práctica llena de instrumentos y herramientas de las que aprovechamos como en el gorrino "hasta los andares". El principal problema lo encontramos con la especialización e intrusismo, unidos ambos términos de la mano. Donde terminan los saberes del primero, comienzan las acciones del segundo.

Y así contamos con el "INSTRUCTOR MASTER HÁGALO USTED MISMO EN 3 SEMANAS" que tanto daño han hecho y siguen haciendo a los auténticos profesionales del sector. La gente parece haber olvidado aquel bonito dicho que reza: "Zapatero a tus zapatos".

He intentado transmitirles desde estas líneas un poco de verdad, la mía personal que no tiene porque ser idéntica a la de ustedes. Espero que al menos coincidamos en que su animal bien merece la atención de un auténtico experto profesional llegado el caso, al igual que usted no asistiría a un curandero chamánico para una cirugía cardiaca.

Disfruten de sus mascotas y tengan presente que existen personas especialmente preparadas que estarán encantadas de ayudarles a ustedes y a sus perros.

Autor: Alfonso Picó es actualmente asesor en comportamiento animal certificado en curso avanzado por AEPE (2006), etología canina por el Dr. Pozuelos, Psicoterapeuta, especialista en conducta agresivo-conflictiva en perros, creador de prueba temperamental mastín español, colaborador articulista del Centro de Cría y Fomento del Mastín Español de pura raza (actualmente desvinculado por completo), colaborador de Voraus, colaborador de IADCRO en calidad de profesional (trabajo sobre potencia de mordidas).

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cachorros y Navidad: Consejos prácticos.

Ya estamos en estas fiestas y como todos los años nuestro hijo nos pide un cachorro, un perro con el que poder jugar, al que poder pasear y encargarse de él.
Eres padre pero antes de eso fuiste hijo, un niño, y sabes perfectamente que tarde o temprano el que tendrá que encargarse de limpiar, pasear y en suma, responsabilizarse del perro, serás tú. A pesar de eso has decidido llevar una mascota a casa y no sabes bien por donde empezar, ¿me dejas ayudarte?.

Lo primero que tienes que tener claro es el tamaño del animal que quieres llevar a casa. Como ya imaginas el tamaño en los perros es muy variado y podemos encontrar desde perros enormes de 100 kilos (como el Mastiff) hasta perros muy pequeños, casi de bolsillo y cuyo peso oscile en el kilogramo (como el Chihuahua, el Yorkshire y otros). Así que aquí viene el primer consejo:

1º) Si es tu primer perro, un perro pequeño es mejor. ¿Por qué?: su gasto por lo general es mucho menor que en ejemplares de gran tamaño, aunque sea el primer perro no os veréis arrastrados por la calle por un mastodonte descontrolado. Los animales medianos o grandes requieren clases de obediencia canina al menos para no estirar de la correa y obedecer lo básico, clases que debería tomar usted y no su hijo pues los niños pequeños rara vez son buenos guías para según que perros. También hay que tener en cuenta donde tendremos al animal y un piso no es el mejor sitio para animales como el Mastin Napolitano. Hágame caso, cuando vea el primer "regalito" sobre su alfombra me dará las gracias por aconsejarle un animal de pequeño tamaño.

2º) Buscar un carácter tranquilo y sereno. Varias familias entrevistadas tras la elección de su primer cachorro nos confirman que el cachorro más vivo, el más activo suele ser el escogido. Esto si usted lo que busca es una mascota que no requiera 4 paseos al día de moderada a alta intensidad, no sería lo más aconsejable. En todas las camadas siempre se debería elegir para primerizos como usted al cachorro más tranquilo y sumiso. Dejese aconsejar por un criador de confianza o por otro profesional si usted no se ve capacitado.

3º) Escoja una hembra. Estas suelen ser de menor tamaño que los machos y mucho menos dominantes. Por supuesto hay excepciones, pero por regla general las hembras son siempre mucho más manejables que los machos y para los niños esto es esencial.

4º) ¿Qué raza podría ser la apropiada?. Una que reuna las condiciones de serenidad, carácter afable y tamaño reducido sería ideal. Le pondré ejemplos de ciertos perros. Un terrier es un animal por lo general de tamaño reducido, pero serenidad no es la palabra que mejor suele definirlos. Un niño mayor podría disfrutar muchísimo de la elección de un Fox Terrier, de un Jack Russell, podría ser su compañero de travesuras y la elección no podría ser más acertada, pero no es adecuado para niños muy pequeños (ya que suelen ser animales muy vigorosos) o que no saben tratar al animal.
Un Doberman es perfecto para aquella niña de más de 12 años que quiere un animal sensible y entrenable, que esta dispuesta a entrenar a su amigo bajo una guía profesional y que se muestra muy activa, pero no sería acertado dejarlo en la parcela de un chalet todo el día pues necesita el contacto cercano con su guía.
El Bulldog inglés es un animal excelente para compartir ratos de sillón, para disfrutar con suaves paseos a la fresca y de vez en cuando luchar por una cuerda con su mejor amigo. Pero no sería la mejor elección si nuestro hijo pretende darle paseos por la montaña.

¿Y si es mestizo?, un animal tiene la misma capacidad de querer, jugar y disfrutar de sus amos siendo de raza o mestizo. Los perros mestizos tienden a tener una salud de hierro y a ser muy espabilados. Si encuentra uno que se ajuste a lo que esta buscando puede ser su perro.

Le animo a pensarlo con serenidad y sobretodo a que piense realmente si quiere un perro. No es un mueble, es un amigo que con suerte les acompañara durante muchos años.

Un saludo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

¿Adiestramos o mejor damos una educación canina?

En muchas ocasiones el propietario de un perro, movido por el malestar que algunas conductas de su mascota le supone piensa en llevar a adiestrar a su peludo amigo.

Adiestramiento = salvación a todos los males del animal.

Me temo que esto no es así. El perro puede estar perfectamente adiestrado y seguir mordiendo el sófa, orinando en las plantas del comedor y ladrando sin parar.
Adiestramiento implica un aprendizaje que lleva a que el animal responda de una forma muy concreta a ordenes muy concretas, nada más.
En la gran mayoría de los casos el cliente no busca un fuss (caminar junto) de pista de campeonato, con el perro completamente pegado, casi cruzado sobre nuestra pierna izquierda... no, él solo busca que su perro no estire de la correa.
No busca que al llamar a su animal este casi se estampe contra sus rodillas realizando la llamada a la velocidad de un resorte, solo quiere que el perro se le acerque.

Es por eso y otras muchas razones que hace tiempo que un amigo decidió llamar a lo que suele hacer con su grupo canino "Urbanismo para perros", o enseñar a convivir sin conflictos. Andar sin tirar, no ponerse como locos al ver otros animales, esperar quietos cuando el dueño se para p.ej. en un semáforo, no ladrar cuando se queda solo y realizar sus necesidades en sitios específicos para ello.

Porque pensemos... ¿adiestramos o enseñamos a convivir?. De la respuesta que obtengamos podemos sacar información sobre lo que esperamos de nuestro animal.

lunes, 22 de noviembre de 2010

En recuerdo al Dr. Antonio Pozuelos J. de Cisneros

Recuerdo que la primera vez que hablé contigo fue sobre la conducta de las gallinas. Me dijiste que incluso la conducta de las aves de corral era un tema muy serio y que ni tan siquiera podía imaginar entonces la complejidad en el estudio de la conducta del perro.
A pesar de lo difícil que resulta estudiar al perro, conseguías controlar las variables extrañas, realizar los registros de forma aséptica y llevar a cabo tus estudios sin humanizar al que llamamos "el mejor amigo del hombre".
En cuanto pude te puse a prueba, sé que no me guardas rencor pues creo que a pesar de la distancia que nos separaba llegaste a conocerme un poco. Estoy seguro que en más de una ocasión por tus adentros me mandaste a freír espárragos, pero yo quería saber, necesitaba estar seguro de que merecías ser el maestro, de que no quedaba todo en mera palabrería. No solo me demostraste que sí eras un digno profesor si no que en tu grandeza como docente a parte de etología. me enseñaste a estudiar, me enseñaste a pensar y a rebatir.
Aprendí que todo precisa de un argumento sólido y que la terapeútica aplicada a casos tan graves como la agresividad, no debe estar influenciada más que por la ciencia. Toda la práctica que había experimentado ahora se asentaba sobre teoría.

A un lado quedaban las supercherías para dejar paso a ilustres autores como Lorenz o Tinbergen. Comencé a deborar conocimiento y me diste el mejor consejo que me han dado jamás. Recuerdo la mañana que hablando por teléfono me dijiste: vuelve a la Universidad y no la abandones hasta haber sacado todo lo posible de ella. No te pares en la Licenciatura, estudia sin mirar cuando terminarás, porque cuando se es como somos nosotros, no se deja de estudiar nunca.

Y por esa razón eras una auténtica enciclopedia viva, por tu ansía de saber, el afán de conocer los por qué y no solamente los cómo.
Recuerdo vagamente nuestros debates de 3 horas por teléfono, cada uno defendiendo su postura respecto a una teoría, un método de trabajo o un estudio. Era una gozada poder emplearse a fondo sabiendo que siempre expondrías con claridad tus argumentos.
He aprendido más contigo discutiendo en una hora, que en muchas aulas durante meses.
Ahora te has ido, dejas mucho atrás y también te llevas mucho contigo. Pase lo que pase, tú seguirás siendo el Maestro.

A.Picó

Adiestramiento, cognición, nuevas tendencias y como no morir en el intento...

¿Cuál es el futuro del adiestramiento canino? esto que me pregunté hace tiempo tomó forma de artículo, el cual compartí con algunos amigos y ahora lo hago con vosotros. Espero que os guste.

El azote evolutivo al que se ven sometidas las ciencias de un tiempo a esta parte ha sido mayúsculo, un avance sin fin cuyo objetivo es el acercamiento racional a todos esos por qué que nos han quitado el sueño desde la noche de los tiempos.

Las técnicas de laboratorio que antes se consideraban punteras, actualmente ni se usan habiendo sido sustituidas por otras más rigurosas; la cirugía se atreve con casos que se considerarían hace escasamente 10 años ciencia ficción y los métodos psicopedagógicos modernos nos abren una nueva ventana de aprendizaje en aquellas instituciones (penosamente escasas) que los usan combinadas con las nuevas tecnologías.

-¿Para qué me cuenta todo esto?- puede pensar usted -¡si a mi lo que me interesan son los perros!- es que esto también debería aplicarse a los perros ¿sabe?.

El adiestramiento canino siempre ha sido considerado un arte, que a modo de Doma y con métodos que variaban de un entrenador a otro servía para hacer que el animal se encontrara en disposición de atender la tarea que el amo pidiera de él.

En ese sentido podríamos decir que no hemos cambiado, puesto que seguimos queriendo (los amos digo, a los pobres peludos nadie les ha preguntado) que el animal atienda a nuestro gesto, voluntad o palabra con precisión; porque lo queremos preciso, la buena voluntad de intentarlo que le daríamos a cualquier humano, supuestamente superior en intelecto al perro (se asombraría de ver lo que hay ahí fuera) no se lo concedemos a nuestro perro. Y precisamente porque exigimos esa precisión aparece ante nosotros la figura del adiestrador, el experto en conseguir que todos esos deseos del amo de tener una mascota obediente se hagan realidad.

-Si queréis seguir leyendo... http://www.doogweb.es/2010/05/08/el-futuro-del-adiestramiento-caninoensenar-a-pensar-i/-.